Sin revanchas
Con suerte me queda un poco
del resto de los días en penumbras y de tus manos
que se saben hermosas y que están entre soledades espasmódicas
el poema que hoy te escribo, tiene las caries y el olvido piadoso
del fondo del vaso con hielo, vodka y mi devoción
moribunda de las tres de la mañana.
Sin espejos.
Con suerte me queda un poco
del resto de los días en penumbras y de tus manos
que se saben hermosas y que están entre soledades espasmódicas
el poema que hoy te escribo, tiene las caries y el olvido piadoso
del fondo del vaso con hielo, vodka y mi devoción
moribunda de las tres de la mañana.
Sin espejos.
1 comentarios:
Uf, duele ver(me) en tus palabras.
Fantástico, L.
Aplaudote.
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